martes, 12 de abril de 2016

Efectos perjudiciales de la ingeniería genética

DEFINICIÓN


La ingeniería genética es la tecnología del control y transferencia del ADN de un organismo a otro, lo que posibilita la corrección de los defectos genéticos y la creación de nuevas cepas (microorganismos), variedades (plantas) y razas (animales) para una obtención más eficiente de sus productos.




EFECTOS PERJUDICIALES

1-Biodiversidad perdida 

A nivel ecológico, si es que ecología puede divorciarse de pensamiento y sociedad, la mayor amenaza de las aplicaciones de la ingeniería genética en la agricultura es la pérdida de diversidad 
biológica y cultural. Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad es la erosión del saber tradicional y de la diversidad biológica, base del equilibrio ecológico y de una agricultura sostenible.


2-La contaminación tranxgénica: el polen no tiene fronteras 

La contaminación de variedades locales de maíz desarrolladas por las comunidades indígenas en lugares remotos de México (origen y centro de biodiversidad del maíz), así como los numerosos problemas de contaminación genética detectados en EEUU y en Canadá*, han demostrado sin lugar a dudas un desastre anunciado: los cultivos transgénicos son un foco de contaminación genética que afecta no sólo a los campos circundantes, sino a cultivos a grandes distancias, siendo imposible la co-existencia de una agricultura convencional y la transgénica.


3-Dispersión incontrolada de organismos manipulados 


Por otra parte, el cultivo de variedades manipuladas genéticamente supone la introducción en el entorno de organismos exóticos a una escala y ritmo de dispersión que no ha tenido precedentes en la historia de la humanidad, y que puede acelerar el ya preocupante proceso de erosión de la diversidad biológica silvestre y agrícola y el deterioro de los ecosistemas.

4-Patentes biotecnológicas: la apropiación y mercantilización de la vida
Las implicaciones de la introducción de la vida -y su diversidad- en el mercado son también enormes. A nadie se le escapa que en nuestra economía de mercado el precio de las cosas tiene poco que ver con su valor. Por otra parte los principios avaros, mercantiles y utilitarios que rigen el mercado han demostrado muy sobradamente su capacidad de destrucción de la naturaleza y de la sociedad. Pero además, y sobre todo, hay cosas a las que, sencillamente, no conviene poner precio. Para algunas y algunos la diversidad de la vida no puede tener precio, ni puede comprarse y venderse, porque es algo esencialmente libre.


Enlace a un vídeo explicativo













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